CAFÉ
"En 1713, el rey D. João V ordenó al sargento Francisco de Melo Palheta viajar a la Guayana Francesa con objeto de conseguir en secreto semillas de café para sembrarlas en Brasil. En 1800, Brasil ya era uno de los mayores productores de café del mundo. Beber café se hizo popular en la cultura portuguesa y los granos de café provenientes de Brasil, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Timor estaban entre los más apreciados a comienzos del siglo XX. En este juego, los jugadores dirigen compañías que producen, procesan y venden café a las cafeterías más exclusivas de la Bélle Époque portuguesa".
Brasil es un país cafetalero por naturaleza, concentra poco más de un tercio de la producción mundial. Los holandeses llevaron semillas a la Guayana Holandesa y de ahí a la vecina Guayana Francesa.
Maldito Games nos trae en español este Café, un diseño de Luís Costa y José Carlos Santos «Rôla». Café es un juego de reglas sencillas que se desarrolla durante ocho rondas, donde tendremos que colocar cartas (divididas en seis casillas) que deben ir solapándose entre sí (un mínimo de dos casillas y un máximo de cuatro). Tendremos una cantidad de puntos de acción igual a la cantidad de iconos de café visibles en nuestras cartas, con la particularidad de que con un mismo punto de acción podremos activar varios iconos iguales si se encuentran conectados ortogonalmente. En cada ronda, el jugador tomará una de las cartas disponibles del suministro y la colocará en su zona personal. El objetivo del juego es procesar tipos de café (a través de distintas acciones: A cosechar, B secar, C tostar y D distribuir) para entregarlos en cafeterías (incluídas en nuestras cartas) o acumularlos en la reserva personal, pues al final de la partida puntuarán los dos tipos de café de los que menos unidades tengamos (el juego presenta cuatro tipologías de café representados por cubos de cuatro colores).
En definitiva, un filler divertido y adictivo que te deja en la boca el agradable sabor de un buen café. Un pequeño gran juego muy recomendable.
Brasil es un país cafetalero por naturaleza, concentra poco más de un tercio de la producción mundial. Los holandeses llevaron semillas a la Guayana Holandesa y de ahí a la vecina Guayana Francesa.
Cuenta la historia que el café llegó al norte de Brasil (en Belém, en 1727), traído de la Guayana Francesa para Brasil por el sargento Francisco de Melo Palheta a pedido del gobernador del Maranhão y Gran Pará. En esa época el café ya poseía gran valor comercial. Palheta consiguió la confianza de la mujer del gobernador de Cayena, capital de la Guyana Francesa; así fue como transportó una pequeña cantidad de café Arábico de forma clandestina. Debido a que en Brasil las condiciones climáticas son muy buenas, el cultivo del café se extendió rápidamente. En su trayectoria por Brasil, el café pasó por Maranhão, Bahía, Rio de Janeiro, São Paulo, Paraná y Minas Gerais. En un espacio de tiempo relativamente corto, el café pasó de una posición secundaria a producto-base de la economía portuguesa.

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