COIMBRA
Los diseñadores italianos Flaminia Brasini (Lorenzo Il Magnifico) y Virginio Gigli (Gran Hotel Austria) nos traen este Coimbra. Tenemos el juego en español de la mano de Asmodee, aunque la dependencia del idioma es prácticamente nula.
Coimbra funciona con una mecánica principal de draft de dados, dondo no solamente deberemos tener el cuenta el número del dado, sino que será de vital importancia su color, ya que de él dependerá que obtengamos los beneficios de los tracks de gremios (gris, naranja, morado, verde y el dado blanco que es un comodín) Me encanta la parte central del tablero con el mapa de Portugal, donde podremos movernos con nuestro peregrino visitando monasterios que nos darán beneficios.
La producción y el arte de Coimbra me parecen espectaculares. Las ilustraciones tienen un estilo cartoon muy colorido que me encanta, y las calidades de los componentes del juego son buenas: piezas de madera con distintas formas, bases de plástcio para posicionar los dados, cartón de un buen grosor... mención especial la magnífica cuna plástica que permite guardar el juego perfectamente ordenado.
En definitiva, sólo tengo buenas palabras para Coimbra. Un diseño muy bien implementado, fácil de asimilar porque todos los elementos del juego están muy bien conectados. Las partidas tienen una duración media (ni largas ni excesivamente cortas) y la optimización de dados te hace sudar esos 12 dados que tendrás en toda la partida. Para mí un euro totalmente impresindible en una ludoteca.
La ciudad de Coimbra
Coímbra, de calles estrechas, patios, escaleras y arcos medievales, se encuentra atravesada por el río Mondego. La ciudad fue la cuna del nacimiento de seis reyes portugueses y de la primera dinastía, así como de la primera Universidad de Portugal, siendo esta una de las más antiguas de Europa.
En los siglos XV y XVI, durante la era de los descubrimientos, Coímbra fue de nuevo uno de los principales centros artísticos de Portugal gracias al mecenazgo local y al mecenazgo real. Los obispos de Coímbra, las órdenes religiosas y el rey Manuel I apoyaron artistas como Diogo Pires, el Viejo (padre), Diogo Pires, el Mozo (hijo), Marcos Pires, João de Castilho, Diogo de Castilho y los franceses Juan de Ruan y Nicolás Chanterenne, entre otros, que dejaron importantes obras manuelinas y renacentistas en la ciudad.
La Universidad de Coímbra fue transferida definitivamente a las instalaciones del Palacio Real de Coímbra en 1537 por el rey Juan III, y fue expandida en 1544 para ocupar el Palacio Real de Coímbra. Desde mediados del siglo XVI la historia de la ciudad gira en torno a la Universidad de Coímbra. Durante muchas décadas, varios colegios fueron establecidos por las órdenes religiosas que proporcionaban una alternativa a la institución oficial de la Universidad, pero terminaron gradualmente con la secularización de la educación en Portugal.
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