MARACAIBO
El Caribe, siglo XVII: varias naciones europeas luchan por mejorar su posición económica y política y obtener la supremacía de la región. Como todo buen marinero y aventurero, pasas tus días tratando de mejorar tu estatus con estas naciones y aumentar tus redes comerciales, con el objetivo último de obtener fama y fortuna. No es tarea sencilla, ya que la competición no se toma ni un día de descanso. Solamente llevando a cabo tus planes a la perfección serás capaz de alzarte con la victoria. A tu disposición tienes muchas y variadas estrategias: mejorar tu barco hasta transformarlo en un poderoso navío, entablar combates, realizar saqueos, construir una red de asistentes, lanzar expediciones, y mucho más. Pero atención, necesitarás plantear tus acciones con cuidado: ¡el final de la ronda puede llegar antes de lo que esperas!
La editorial MasQueOca nos trae este diseño de Alexander Pfister, autor muy conocido por juegos clásicos como Mombasa o Great Western Trail. Y comento sus juegos anteriores porque Maracaibo tiene mucho de ellos, aunque sin duda los mejora considerablemente. Se trata de un euro medio-duro, con unas reglas muy elegantes e intuitivas (para cualquiera familiarizado con el mundo de los eurogames), que ofrece un gran abanico de posibilidades en cada turno. El juego es una auténtica maravilla: temática atractiva, escala perfectamente y ofrece una variabilidad de escenarios que le aportan mucha rejugabilidad.La historia de la fundación de Maracaibo ha estado sujeta a históricas divergencias originadas en el hecho de que fueron varios los personajes y momentos en los que se intentó construir un verdadero asentamiento. El primer acercamiento europeo a esta zona lo realizó Alonso de Ojeda, el 24 de agosto de 1499, quien descubrió el lago de Maracaibo junto con Juan de la Cosa y Américo Vespucio.
Se atribuye a ellos el nombre de Venezuela cuando evocaron a Venecia al ver que los habitantes vivían en palafitos sobre el lago y que la gente se trasladaba de un sitio a otro mediante pequeños puentes de madera y en canoas. La ciudad de Maracaibo fue fundada en tres ocasiones. La primera, el 8 de septiembre del año 1529 por el alemán Ambrosio Ehinger (castellanizado como Alfinger), conquistador de la familia Welser de Augsburgo y primer gobernador de la Provincia de Venezuela con el nombre de Neu Nürenberg (Nueva Núremberg en alemán) que partió en expedición desde Coro, capital en aquel momento de la provincia.
Al asentamiento se le dio el nombre de villa de Maracaibo pues al momento de su fundación no se constituyó un cabildo que le confiriera el carácter de ciudad. En los documentos alemanes de los Welser aparece el nombre de Neu-Nürnberg. Es probable que la fundación de Alfínger se hiciera en las cercanías o sobre los restos de un asentamiento indígena (o ranchería). Esta primera fundación tuvo una población de apenas 30 vecinos y una actividad casi nula, por lo que el conquistador alemán Nicolás Federmann ordenó trasladar su población en 1535 al cabo de la Vela (que hoy es parte de Colombia) en la península de la Guajira.
En 1569, tras haber sometido a los indígenas de la zona lacustre en los últimos dos años (1569-1571), el conquistador español Alonso Pacheco fundó la población de 'Ciudad Rodrigo' a orillas del lago Maracaibo (eventualmente conocida como Maracaibo). Después de un par de años, sin embargo, la población indígena se volvió a levantar y el asentamiento español tuvo que ser abandonado brevemente, ocasionando así una subsecuente fundación en 1574. Ya para el año 1573 el Gobernador Diego de Mazariegos había decidido restablecer la población confiándole al capitán Pedro Maldonado dicha encomienda. Y así en el año 1574 fue refundada la ciudad con el nombre de Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo (por tercera y última vez), en honor del gobernador Mazariegos, natural de la ciudad de Zamora.
Entre 1614 y 1678 se registraron diversos ataques de piratas a Maracaibo y otros asentamientos españoles en el Lago de Maracaibo, estos constantes hostigamientos frenaron el desarrollo económico de la zona que no solo se vio saqueada en repetidas oportunidades, sino que también invirtió numerosos recursos a construir elementos defensivos como cuarteles, un castillo y torreones que no lograron su cometido a cabalidad. Entre los elementos defensivos se destacan el Castillo de San Carlos de la Barra, el Fuerte de Nuestra Señora del Carmen y el Torreón Santa Rosa de Zapara.
El corsario neerlandés Enrique de Gerard llegaría en 1614, luego en 1642 el pirata inglés William Jackson. El período entre 1665 y 1669 es conocido como el quinquenio de los piratas. En 1665 el francés Jean David Nau, alias el Olonés, atacó a Maracaibo y entre 1666 y 1669 llegarían Miguel El Vascongado, el neerlandés Albert van Eyck y el galés Henry Morgan. Por último en 1678 el francés Michel de Grandmont asalta la ciudad y los pueblos del sur del Lago internándose en tierra firme hasta Trujillo.
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